Este es un viaje que se ha realizado casi sin querer y me explico, unos queríamos una cosa, otros querían otra, menos mal que solo éramos tres, pero al final todos nos pusimos de acuerdo y nos dispusimos a navegar por el río Volga y visitar las localidades que hay en su recorrido entre las ciudades de
San Petersburgo y Moscú
Partimos de Madrid con destino San Petersburgo, y después de cinco horas de un vuelo sin incidencias, la única es que ya te da lo mismo viajar con Iberia o con la aerolínea que sea, que como vayas en clase turista cada vez quieren meter mas pasajeros en el avión y como es de suponer cada vez hay menos espacio y al final terminas con unos dolores en las piernas de tanto intentar buscar espacio para poder estirarlas.
Ya pasadas las calamidades del poco espacio, el trago de eso que llaman comida, el caso es que a media tarde llegamos a destino, pasamos control de pasaportes, recogemos maletas y salimos dispuestos a buscar a la azafata que nos llevará al puerto fluvial que es donde nos está esperando nuestro hotel flotante y en el que pasaremos los próximos días.
Saliendo de Aeropuerto con dirección puerto de fluvial de San Petersburgo
Puerto Fluvial
Primera recomendación, que nos apuntáramos el nombre del barco para no confundirnos, y como es un selfi pues sale al revés
Llegamos al puerto y después de acomodarnos en los camarotes, vaciar maletas que esto si es una comodidad, el no tener que volver a recoger nada de ropa hasta el final.
Camarote para dos
A continuación nos dispusimos a revisar el barco no fuera que estuviera roto por algún sitio, solo un poco de precaución.
Una vez revisado casi todo el barco y visto que estaba en perfectas condiciones, dirección sala de reuniones que era donde nos iban a explicar las normas para poder entrar y salir del barco y deambular por las ciudades que íbamos a visitar sin que tuviéramos ningún contratiempo.
Sala de reuniones
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