De este día hay poco que contar, no porque no viéramos cosas que así fue, pero debido a causas mayores, (la rueda del día anterior) lo primero que teníamos que solucionar este día era el tema de la rueda y aunque El Calafate tiene mucha fama gracias a sus glaciares, sobre el resto es un pueblo pequeño de La Patagonia y no tiene todos los servicios que serían de desear, de todas formas tenemos que dar las gracias a las tres o cuatro personas de los talleres que fuimos por el interés que mostraron y que hasta que no lo solucionaron no pararon, y terminamos con una rueda de no se sabe que modelo pero que nos sirvió para continuar viaje y no echar al traste nuestras vacaciones.
EL CALAFATE
Ya solucionado el problema, habíamos echado a perder toda la mañana, teníamos que cambiar los planes respecto a las visitas que teníamos planificadas y nos decidimos por ir a comer y por la tarde visitar el Glaciarum que es el museo del hielo patagónico y está a unos cinco kilómetros de la ciudad.
MUSEO DEL HIELO PATAGÓNICO
Una vez realizada la visita que duro aproximadamente hora y media, decidimos volver a la ciudad para recorrer sus calles de la zona turística ya que fuera de las dos calles principales como se ve en la primera foto no tiene mucho que ver.
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