Hoy como comente el día anterior nos disponíamos a recorrer el Parque Nacional Torres del Paine y para tener una idea de por donde teníamos que entrar y por donde era mejor salir para llegar por la noche a El Calafate nos dirigimos a la oficina de Información y Turismo de la ciudad y allí nos dieron los consabidos planos y toda la información necesaria para poder pasar el día, incluso que cambiáramos moneda a pesos chilenos ya que en el parque podríamos encontrar problemas si no llevábamos moneda del país.
RUTA DEL DÍA
Recogida la información y después de cambiar moneda nos dispusimos a realizar la ruta que nos había aconsejado la señorita de I.T
GAUCHO
Continuamos ruta hasta llegar al control de entrada del parque
Una vez rellenadas las fichas obligatorias para entrar al parque y abonada la cuota correspondiente continuamos camino.
LAS HAY POR TODOS LOS SITIOS
Llevábamos bastante rato esperando para ver las torres y no había forma, las nubes no se quitaban y tomamos la decisión de hacernos las fotos y ya diríamos que detrás estaban las dichosas torres.
TORRES DEL PAINE
Pero por suerte pasado un rato las nubes se fueron y nos dejaron ver y fotografiar las torres que dan nombre al Parque Nacional
Las da lo mismo que haya coches o vayas andando
CASCADA SALTO GRANDE
Después de recorrer gran parte del Parque Nacional, tomamos la decisión de irnos a nuestro próximo destino que no era otro que la ciudad de El Calafate que estaba a unos doscientos cincuenta kilómetros y teníamos que volver a pasar el puesto fronterizo para entrar en Argentina.
en esta ocasión todo fue con normalidad, no hubo olvidos ni charlas, solo presentar pasaportes, documentación del vehículo y continuar camino, cuando llevábamos la mitad mas o menos nos encontramos que tenemos que entrar en ripio, pues para adelante, el ripio era durante cuarenta kilómetros mas ó menos y a mitad de camino catacras, la rueda trasera derecha dice hasta aquí he llegado, paro urgentemente ante el susto del ruido que organiza y me encuentro con la sorpresa, la rueda y la llanta totalmente destrozada, ponemos la de repuesto que sorpresa es una rueda de baja velocidad, rezando lo que sabemos continuamos mirando constantemente el navegador para ver los kilómetros que nos quedaban de ripio, menos mal que por fin llegamos a carretera asfaltada y sin mas novedades llegamos a El Calafate sobre las ocho de la tarde, como norma, maletas a la habitación, y preguntar por algún sitio donde cenar que se nos había echado la hora encima.
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